| ¿Qué es adiestramiento Cognitivo-Emocional? |
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Hoy en día existen diferentes métodos de adiestramiento, casi todos ellos se basan en la Psicología conductista de Skinner y la Etología de Konrand Lorenz. Con estos métodos se consiguen buenos resultados en casi todas las disciplinas del adiestramiento.
Si conocemos las características intrínsecas de la especie (Etología) podemos hacer uso de ellas para el adiestramiento que buscamos, por ejemplo, si sabemos que el grupo social canino de forma natural ocupa y defiende una superficie que considera su territorio podemos aprovechar esta conducta instintiva para enseñar al perro a proteger nuestro hogar.
La Psicología conductista se basa principalmente en asociar un estímulo (positivo o negativo) a un comportamiento determinado para reforzar/disminuir este comportamiento. Por ejemplo, si el perro camina junto a nosotros sin tirar de la correa se le premia con un poco de comida, de esta forma el perro asocia caminar a nuestro paso con un premio y tenderá a repetir la acción deseada. Hay escuelas que sólo admiten el trabajo con estímulos positivos, generalmente se denominan Positivistas.
El Adiestramiento Cognitivo-emocional va más allá de estas dos coordenadas: etología y psicología, añadiendo otra fundamental: la gestión emocional. Estudios recientes confirman que tanto la motivación como la emoción (ambos procesos involuntarios) suponen el eje principal del sistema regulatorio del perro. Del mismo modo que las personas, los perros no actúan igual ante estados emocionales diferentes, siguiendo con el ejemplo anterior, el perro no actuará igual al darle el premio si en ese momento siente hambre, miedo, calor…etc. Si siente hambre probablemente esté más predispuesto a hacer lo que le pidamos, mientras que si siente miedo, es posible que vea como una amenaza acercar la mano a su boca e incluso intente mordernos. Mientras que los sistemas conductistas basados en premios convierten a nuestra mascota en un animal egoísta que sólo realiza las acciones buscando algo a cambio, el adiestramiento cognitivo-emocional busca un reforzador de la conducta diferente: el afecto como motor de conducta. A través de la resolución de problemas (que es autosatisfactoria en si misma), del afecto y de la buena relación entre el perro y su guía conseguiremos un adiestramiento eficaz y que necesitará de un menor mantenimiento en el tiempo.
Si construimos una buena relación afectiva con nuestra mascota podremos pedirle que nos obedezca y lo hará sin necesitar ningún estímulo externo. (Cognitivo-emocional).
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